Calle Cuauhtemoctzin, Mexico City
Henri Cartier-Bresson
(French, Chanteloup-en-Brie 1908–2004 Montjustin)
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En este libro, los crudos
testimonios de Jesús Sánchez y sus hijos dan cuenta de la difícil vida que una familia
pobre tiene que sobrellevar para subsistir
en la ciudad de México. Ubicada en los años cincuenta y sesenta, los
entrevistados, de origen veracruzano, contarán sus más íntimas experiencias. En
ellas hallaremos elementos sobresalientes que aún en el presente definen la
cultura de la pobreza en México.
Si
dejamos a un lado el proyecto sociológico, sin menoscabo de sus logros de considerar
la pobreza como una causa de los problemas que afectan a una sociedad, lo que
entonces queda, es una insólita y genuina obra. Las historias de cada uno de
sus protagonistas, convergiendo o contradiciéndose, afectarán el estado emotivo
del lector, quien no podrá dejar de
sentir admiración, rechazo, lástima, o solidaridad.
Por
ejemplo, Roberto, con sus extrañas caminatas, en la niñez, de la ciudad México
al puerto de Veracruz, sin haber ido a
la universidad, dará un indiscutible retrato del sistema policíaco en México de entonces.
Consuelo, desgarrándose el alma con sus contradicciones, dará dos, tres o más
ejemplos de sus intentos fallidos por salir del bache donde se encuentra. Por
más que lo intente no podrá lidiar contra machismo y misoginia. Manuel, con su
memorias infantiles suspendidas en el río de Chalma y en la calle de Albañiles,
en la colonia Azteca, evocará la repetitiva ruta de los que deciden emigrar
a los Estados Unidos. Cuando regresa la verdad es inclemente: la ciudad apesta,
es sucia e insensible. Pero emprendiendo nuevos proyectos en los tianguis de
Tepito recuperará su ánimo con nuevos giros idiomáticos para engañar a los
incautos. Y Marta, solitaria, pragmática y fracasada, nos pintará en resignada actitud,
su vida en Acapulco. Fui ahí, en el autobús de segunda que iba al puerto sureño, donde conoció al carnicero con el que decidió rehacer su vida.
Pero una
vez que decidieron vivir en la gran urbe, ya no pudieron vivir sin ella. Jesús
Sánchez, emprendedor de proyectos, trabajador de restaurante con salario mínimo
por décadas, ejemplo para los hijos que no fue seguido, déspota y excesivo en
sus castigos, lidiando consigo mismo, tratando de rellenar la ausencia de la
figura materna, navegará en las calles de la ciudad de mercado a mercado. Serán las calles las que le enseñarán práctico juicio y le darán una idea de como lidiar para mantener su familia. Sus hijos no dejarán de expresar admiración por su determinación y fuerte carácter para sobrevivir en una ciudad hostil al menesteroso.
Los entrevistados, consciente o inconscientemente,
se definen por cuenta propia como portadores de dignidad sin importar su origen,
raza, o condición material. En sus aprietos y en sus memorias, relatan sus mitos y sus juegos, hieren a los otros, reclaman una sociedad más justa, son objeto de opresión, se rebelan, gritan, pelean, arriesgan la vida en el corazón de la
ciudad de México entre las pulquerías. Pero mucho mejor, con sus poéticas descripciones de sus viajes a Chalma, nos
hablarán con franqueza y ahí entonces vendrá el proceso reflexivo donde el lector
será consciente de su propia realidad.
5 comentarios:
Muy bien
Gracias Anónimo por tu comentario. Bienvenido a este espacio de reflexión y discusión.
se ve interesante!!!
Gracias Tridy. Bienvenidos serán tus comentarios.
Más que ausencia económica lo que para mi sobresale es la ausencia de valores.
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