Este es un interesante libro sobre la guerra entre México y Estados Unidos en 1846 y cómo México perdió una gran parte de su territorio. La historiadora hace un recuento comprensivo de las causas y efectos de esta guerra entre dos naciones, desde el punto de vista de la historia de Estados Unidos.
Uno de los factores relevantes que dieron pie a esta guerra, de acuerdo a la autora, fue la política expansionista agresiva--destino manifiesto--por parte de la clase dominante y dueños de esclavos en los Estados Unidos de entonces, sazonada con una ideología racista. El asunto de la esclavitud en Estados Unidos, fue un factor relevante para aquellos en contra o a favor de la guerra. Por otro lado, la caótica situación política en México, durante esos años, después que el país se independizó del dominio de España, fue una condición ventajosa aprovechada por el presidente James K. Polk para llevar a cabo su proyecto expansionista. Para hacer las cosas más complicadas para el caso de México, los ricos de entonces, estuvieron prestos y deseosos por ser parte de los Estados Unidos sin crear un frente de resistencia económico ni intelectual o político. Pero también fue un aspecto determinante en contra de México, el endeble gobierno federal de entonces y por ende la falta de una estrategia militar eficiente para hacer frente a un enemigo poderoso.
Un capítulo interesante en el libro, es sobre el aspecto inesperado de la guerra que afectó el estado emotivo de los soldados americanos. El ímpetu patriótico antes de la guerra fue desvaneciéndose poco a poco a medida que la intervención gringa se desplazaba del desértico norte mexicano hacia el centro. El decaimiento anímico llegó a su punto culminante con deserciones.
Por otro lado, el gobierno mexicano se vio obligado a reclutar soldados provenientes de los sectores más pobres del país, con el esperado desenlace, pues carecían de experiencia militar; y la historia se repetiría, serían utilizados como simple instrumentos por la élite gobernante, en una lucha donde no tenían parte. Pese a la desfavorable situación de las fuerzas militares mexicanas, la resistencia fue persistente, incluso ante la pérdida de control de puntos territoriales estratégicos. Igualmente, la resistencia civil en la ciudad de México, después de la rendición del gobierno mexicano y negociaciones donde el país perdió gran parte de su territorio, fue un dolor de cabeza para los invasores en los últimos días de la invasión. La guerra no prevista por Polk--quien visualizó equivocadamente a un enemigo débil y un conflicto bélico corto-- fue destructiva, sangrienta y más larga de lo planeado.
Otro aspecto interesante de este libro es la descripción de la división, en Estados Unidos, de la clase política a favor y en contra de la guerra y el comienzo de un movimiento pacifista. El informe sobre el papel de figuras relevantes como Henry Clay, James M. Polk, Abraham Lincoln, Walt Whitman, Santa Ana, entre otros servirán como un contexto histórico para entender la naturaleza de esta guerra entre dos repúblicas diversas en origen, intereses y con poderío económico y bélico desigual. La autora, al describir la división política de los Estados Unidos durante esos años, nos hablará sobre la lucha ideológica y los intereses capitalistas en contra y a favor de la institución de la esclavitud y que dará pie a la guerra civil en Estados Unidos.
Un capítulo interesante en el libro, es sobre el aspecto inesperado de la guerra que afectó el estado emotivo de los soldados americanos. El ímpetu patriótico antes de la guerra fue desvaneciéndose poco a poco a medida que la intervención gringa se desplazaba del desértico norte mexicano hacia el centro. El decaimiento anímico llegó a su punto culminante con deserciones.
Por otro lado, el gobierno mexicano se vio obligado a reclutar soldados provenientes de los sectores más pobres del país, con el esperado desenlace, pues carecían de experiencia militar; y la historia se repetiría, serían utilizados como simple instrumentos por la élite gobernante, en una lucha donde no tenían parte. Pese a la desfavorable situación de las fuerzas militares mexicanas, la resistencia fue persistente, incluso ante la pérdida de control de puntos territoriales estratégicos. Igualmente, la resistencia civil en la ciudad de México, después de la rendición del gobierno mexicano y negociaciones donde el país perdió gran parte de su territorio, fue un dolor de cabeza para los invasores en los últimos días de la invasión. La guerra no prevista por Polk--quien visualizó equivocadamente a un enemigo débil y un conflicto bélico corto-- fue destructiva, sangrienta y más larga de lo planeado.
Otro aspecto interesante de este libro es la descripción de la división, en Estados Unidos, de la clase política a favor y en contra de la guerra y el comienzo de un movimiento pacifista. El informe sobre el papel de figuras relevantes como Henry Clay, James M. Polk, Abraham Lincoln, Walt Whitman, Santa Ana, entre otros servirán como un contexto histórico para entender la naturaleza de esta guerra entre dos repúblicas diversas en origen, intereses y con poderío económico y bélico desigual. La autora, al describir la división política de los Estados Unidos durante esos años, nos hablará sobre la lucha ideológica y los intereses capitalistas en contra y a favor de la institución de la esclavitud y que dará pie a la guerra civil en Estados Unidos.
Al final, será claro para el lector la naturaleza de esa guerra. Fue una provocación, una invasión contra una nación soberana donde el poderoso se valió de triquiñuelas diplomáticas para apoderarse de un derecho ajeno. La guerra trajo consigo destrucción y una gran masacre de civiles inocentes del lado mexicano y tendría un desenlace que marcaría el destino histórico de las dos repúblicas, donde las diferencias se agudizarían. Fue entonces, una guerra injusta, que incluso la historiadora, citando al presidente estadounidense Ulises S. Grant, también denominará, una guerra injusta y malvada.
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